13
2015
MIS ESCRITOS, HOY
Te habrás dado cuenta de que ahora escribo bastante menos, cuando hasta ahora lo hacía casi a diario. A pesar de que me gusta escribir y creo que es la mejor terapia para uno mismo y compartir así lo que sientes y vives. En estos momentos de mi vida me da la sensación que no se puede explicar con palabras lo que siento, por lo intenso que es. Y, como sabes, la mayoría de mis escritos describen sin pudor lo que siento, a cada momento.
Y reflexiono en voz alta sobre ello, como suelo hacer aquí. El gran privilegio en nuestra existencia es, sin duda, sentir. Si no lo haces es porque ya estás muerto, aunque tal vez en vida. Sentir es algo que nos hace humanos y divinos. Y nos permite interactuar con todo aquello que nos rodea. Pero demasiadas veces ocultamos las emociones, porque tenemos la osadía de juzgarlas con nuestra mente, otorgándoles el calificativo de buenas o malas, según en qué momento las juzguemos. Y así, convertimos nuestras emociones más espontáneas y puras -porque salen de nuestro interior, llámale Alma, si quieres- y las convertimos en sentimientos, tamizados por la razón y, como consecuencia, por nuestras limitaciones, miedos y condicionantes mentales. La emoción es verdadera y mágica, mientras el sentimiento no es más que una construcción mental, agradable o perversa, según cada momento.
Por eso escribir es un proceso difícil, sobre todo si lo que intentas expresar son tus emociones. Yo siempre intento describir mis emociones, porque no son buenas ni malas, simplemente son y porque todos sentimos las mismas, aunque no siempre seamos consciente de ello o coincida el momento. Pero para escribir sobre las emociones uno debe dejarlas fluir directamente desde el corazón -donde se generan- y no preocuparse demasiado por el estilo y la comprensión, escribiendo para uno mismo, sin preocuparte si lo entenderá alguien más o si sentirá igual el que lo lea, si lo publicas. Y eso hago yo, sentir en voz alta y tal como sale, sin hacer guiones, ni borradores, ni correcciones de estilo posteriores. Con el tiempo he aprendido hacerlo así y, una vez escrito, ni siquiera lo reviso.
Pero mi verdadero mérito es haber aprendido a dejar salir las emociones que tengo dentro, a cada instante. Dentro y sin compartir, demasiadas veces duelen. Hay personas amigas que a veces me preguntan cómo puedo escribir tanto o cuál es mi fuente de inspiración. Y, aunque resulte un poco pedante mi respuesta, les digo que simplemente dejo hablar a mi corazón tanto como puedo, como estoy cada día más haciéndolo en mi propia vida. Aún siendo consciente de que las palabras del diccionario, dichas o escritas, nunca podrán reflejar una emoción tal cual yo la siento, en mi corazón. Tal vez ese es el resultado de muchos años sin atreverme a sentir o hacerlo sin compartirlo, clandestinamente. Por eso solo escribía cuando me sentía triste y sólo. Pero, en cuanto liberé la mordaza de mi corazón, aprendí a sentir intensamente y a escribir sobre mis emociones. Más tarde, gracias al amor, aprendí también a compartirlas aquí. Seguramente hoy, gracias al amor ya verdadero, solo intento vivirlas intensamente en mi interior y compartirlas con mi amor, aunque hoy sea en silencio. Hoy solo mis imagenes en Instagram recogen de vez en cuando mis emociones de cada momento contigo sin estar allí… (https://instagram.com/contigomismo)
Entradas relacionadas
Mis libros
"CONTIGO MISMO I. Lo que te diría si estuvieras aquí, conmigo" (EDITADO EN ESPAÑA) Recopilación artículos publicados en el Blog Contigomismo (2008)
- "CONTIGOMISMO II. Confesiones de un aprendiz de gato" (EDITADO EN ESPAÑA) Recopilación de artículos publicados en el blog Contigomismo (2009)
"EL PLAN DE MARKETING FEMENINO" (1997) (EDITADO EN ESPAÑA) Libro en tono de humor -pero con mensaje- sobre las relaciones de pareja.